sábado, 21 de noviembre de 2009

Bambuco, Nuestra música.

Se ha discutido demasiado sobre los orígenes del bambuco, sin embargo muchos investigadores coinciden en que fue producto del mestizaje que se dio, posterior a la conquista de los ritmos europeos procedentes de España y la música indígena de América, esta hipótesis asegura que los bailes preferidos por la clase media española asentada en el territorio Colombiano, fueron el punto de partida para la creación de fandanguillos criollos que evolucionaron y se fusionaron con las aportaciones musicales indígenas y africanas existentes en los antiguos departamentos de Antioquia y el Cauca, para dar paso a un género nuevo que subsistiría hasta nuestros días, El bambuco.
En Pocas palabras, para algunos historiadores, investigadores y folclorólogos, su origen es Africano, para otros Chibcha, y para algunos mas, Español, pero muy por encima de esas teorías, se puede decir con certeza que el Bambuco cuenta con un estilo propio y completamente Colombiano, siendo la máxima expresión de folclor andino, pues éste, posee un aire dulce y acariciante, sus temas son en su mayor parte de amor hacia la mujer, pero dado su origen campesino también posee un nostálgico sabor a campo que expresa el orgullo de una raza que no se doblega ante las adversidades, que canta a las bellezas de la tierra y a los sentimientos de los lugareños, de ahí, la razón por la cual pasó, del anonimato de la música rural y campesina a ser considerado como símbolo nacional de Colombia y constituido como género históricamente vinculado al proceso de identificación nacionalista, expresado en la constitución de 1886, pues los géneros musicales son espacios desde donde se construyen los aspectos fundamentales del ser social de cada nación.
En sus inicios el bambuco se interpretó con bandola, tiple y guitarra, poco a poco los compositores de cada nueva generación le han introducido orquestaciones más amplias y complejas, siendo así que en la actualidad se interpreta en todo tipo de conformaciones instrumentales y vocales, sin embargo en las últimas décadas nos han invadido centenares de ritmos y modas musicales que reciben gran difusión por medio de las estaciones radiofónicas locales y de las disqueras, dejando a un lado nuestros orígenes musicales y aunque esto no es malo porque la mentalidad es “evolucionar”, es importante recalcar el no perder nuestra identidad.



Fuentes:
Libro Hugo Ángel Jaramillo - Toma II
Publicado por: Evelin Sugey Pulgarín

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